Cuando una ciudadana o un ciudadano se acerca al Partido Socialista con
intención de afiliarse, lo hace porque tiene ideología, inquietud y ganas de
transformar la sociedad desde la izquierda. Nunca para formar parte de una masa
sin criterio de la que hacer uso, debidamente ordenada, customizada y
transportada, en vísperas electorales.
Ayer, Ramón Jáuregui, anunció que se va a buscar la ayuda de 300 "expertos", ajenos
al Partido y seleccionados por la actual dirección, para que,
"distribuidos en 12 o 15 grupos de trabajo" relaten a Jáuregui ideas con las que elaborar
un documento político sobre temas de tanta envergadura como "la reforma
del Congreso, el Senado o el sistema electoral". Posteriormente, la
dirección del PSOE someterá dicho documento a la aprobación del partido en la
Conferencia Política.
No es la primera vez que afirmo que es muy desmoralizador formar parte
de una organización en la que cuando vas a participar en algo, te
encuentras que ya está todo hecho. Que los documentos están redactados, que los
debates están limitados, que las candidaturas están decididas… En la que,
cuando las cosas van bien, acceder a la sede principal requiere de DNI,
estricta invitación y enormes medidas de seguridad, mientras que cuando se teme
lo peor, te inundan el teléfono móvil de llamadas y mensajes “recordándote” que
“estás invitado” a compartir la (trágica) noche electoral con el
líder de turno. Una organización que cuenta con más de 200.000 afiliados -y
diversas fundaciones-, y que tiene que buscar hasta 300 expertos que Jáuregui no ha
aclarado si, además -como es lógico- cobrarán por decirnos a los dos centenares
de miles de socialistas españoles qué tenemos que pensar y qué tenemos que
proponer a nuestros conciudadanos para situarnos en el siglo XXI.
El anuncio se produce sólo unas horas después de que una multitudinaria
marea humana inundara ayer la Puerta del Sol para volver a reclamar a la clase
política que "baje del pedestal" y escuche "la voz del
pueblo". Y de que el Gobierno de Mariano Rajoy disolviera violentamente
-aunque sin incidentes, dada la enorme sensatez de los desalojados- a un
centenar de personas que debatía en el kilómetro cero, 'ocupada' como señal de
protesta por la lamentable situación de nuestro país y el mundo en general. Ni
una mención al respecto por parte de la dirección del PSOE. Ni a la
impresionante manifestación, ni al atentado a las libertades perpetrado por el
Gobierno del PP. Sin embargo, Alfredo Pérez Rubalcaba, entre otros, sí tuvo
tiempo para felicitar, vía Twitter,
a los socialistas alemanes por haber ganado las elecciones en Renania a la CDU
de Ángela Merkel. Un mensaje escueto y de marcado carácter triunfalista emitido
desde una España en la que las encuestas dicen que, a pesar de las políticas de
acoso y derribo del Estado del Bienestar por parte del Partido Popular, el
Partido Socialista continúa 11 clamorosos puntos por debajo en intención de
voto y no consigue, ni por asomo, recuperar la confianza perdida.
Dirigentes que deciden hablar en nombre de todos, pero que cuando no
saben qué deben decir, deciden buscar en el exterior
-y previo pago- lo que la militancia debe escuchar, pero que no parece
haberse planteado escuchar a una militancia que hasta es posible que disponga
de las respuestas que se buscan. No debe ser muy descabellado imaginarlo entre
doscientas mil personas. Pero, algo es algo, las bases -se entiende que por la
misma vía de delegaciones "del siglo XX"- podrán votar en una Conferencia Política el documento que Jáuregui presente
tras plasmar en él las conclusiones relatadas por
los expertos.
Cuatro millones de españoles dieron la espalda al PSOE en las últimas
elecciones generales. Muchos de ellos, desencantados con una clase política
incapaz de comprender qué está pasando a ras del suelo. Otros muchos, porque
ven cómo las recetas de los
expertos se alejan de sus
necesidades, y, sobre todo, de su propio vocabulario de ciudadanía de base.
En el último congreso federal del PSOE se decidió posponer algunas
decisiones -que se consideraron, sin que muchos entendamos aún por qué,
delicadas para decidir en Sevilla- a una Conferencia Política que, entre otras
cosas, debería abordar con valentía, las formas de aumentar la participación de
la militancia en las decisiones más importantes del Partido. Elección directa (1 militante = 1 voto) de los secretarios generales, posibilidad de implantar las listas
abiertas en la elección de los órganos de dirección y abrir a los simpatizantes
las primarias de nuestros candidatos en las elecciones parecían entonces los
temas más importantes a debatir en la pospuesta conferencia. Ninguno
de estos temas ha sido citado por Jáuregui en el anuncio de las tareas que
no ha quedado claro si el Partido va poner a los expertos, o los expertos al
Partido.
Más y mejor democracia es lo que la ciudadanía está demandando. Los socialistas debemos ser el ejemplo de que conseguirlo es posible. El anuncio de Ramón Jáuregui no se compadece con esa demanda colectiva, dentro y fuera del PSOE. Demanda que es necesario atender cuanto antes o nos seguiremos alejando de una sociedad que queremos transformar y mejorar y que, con la que está cayendo, sigue sin ver en el Partido Socialista la solución que es y debe ser.
OTROSÍ DIGO.- Personalmente, considero que sería necesario
celebrar las elecciones primarias para candidato del PSOE a la
presidencia del Gobierno cuanto antes, pues nadie puede asegurar que en la
actual situación política y económica de nuestro país, el Gobierno de Mariano Rajoy
esté en condiciones de terminar la legislatura sin una fuerte contestación
ciudadana, lo que podría llevar al Presidente a adelantar unos comicios para
buscar un refrendo a sus políticas que sólo podrá conseguir si el PSOE continúa
en el actual estado de crisis de ideología y liderazgo que, en mi opinión, se
encuentra.