miércoles, 16 de mayo de 2012

El 15-M se impone a las provocaciones del Gobierno y hace oir su mensaje en las calles y plazas de España

Publicado en Diario Progresista


En su primer aniversario, el 15-M ha demostrado durante cuatro días que, a pesar de su juventud, es un movimiento de notable madurez, con vocación de continuidad y las ideas muy claras. Maratonianas jornadas de asambleas populares en 80 ciudades de toda España han vuelto a poner sobre la mesa el hartazgo de mucha gente que opina que otra forma de gobernar es posible. Sólo las innecesarias y desmedidas intervenciones policiales ordenadas por el Gobierno han tratado de empañar estas jornadas.


El 15-M se impone a las provocaciones del Gobierno y hace oir su mensaje en las calles y plazas de EspañaPorque cada vez está más extendida la idea de que la intención perseguida por el Gobierno del Partido Popular al ordenar la intervención de cientos de policías contra pequeños grupos de apenas unas decenas de personas que no habían hecho nada ilegal, lo único que perseguían eran forzar titulares en los medios de comunicación que relacionaran al movimiento de los indignados con una cuestión de orden público.


La realidad, sin embargo, es que tanto la Puerta del Sol, como la Plaza de Catalunya, como cientos de plazas en más de 80 ciudades y pueblos españoles han vuelto a ser un hervidero de miles de ciudadanos insatisfechos, con una enorme capacidad de analizar la realidad y con un torrente de propuestas para abordar medidas que ayuden a mejorar una sociedad que ven abocada al desastre si no se empieza ya a corregir sus errores. Y, este el mayor mensaje del aniversario, el movimiento del 15-M, de los indignados, está plagado de miles de personas con un firme compromiso de trabajar para ponerlas en práctica las soluciones si se encuentra la manera de facilitar la participación ciudadana en la gestión política que ven a todas luces equivocada.


La primera jornada, casi 100.000 indignados abarrotaron la Puerta del Sol, generaron unas imágenes que recordaban a las víspera de las elecciones autonómicas y municipales del pasado año. Este sábado, como entonces, la foto de una multitud pacífica y, a la vez, vociferante, volvió a las primeras páginas de los principales diarios de todo el mundo, e informativos de todo el planeta abrieron sus ediciones con el malestar de los españoles que viven la que, seguramente, sea la peor crisis económica, de empleo y de valores que hayan vivido nunca en tiempos de democracia.


Ayer, los ´indignados´ culminaron la serie de asambleas generales en las que se ha analizado el balance de las movilizaciones con motivo del primer aniversario del 15M, desafiando por cuarto día consecutivo la limitación horaria impuesta por la Delegación del Gobierno. Varios miles de personas congregadas en la Puerta del Sol iniciaron a las 19.00 horas la asamblea general después de realizar una protesta en forma de cacerolada. ´Si no nos escuchan, nos van a oir´ ha sido el lema de esta sonora reivindicación que se ha escuchado durante más de 45 minutos. La asamblea puso en común el trabajo de las diferentes comisiones de trabajo que se han desarrollado desde el pasado sábado y continuó, un día más, su labor más allá de las diez de la noche, hora límite fijada por la Delegación del Gobierno para las concentraciones. 


La cuarta jornada de concentraciones en Sol, coincidiendo con la fecha de nacimiento del movimiento, se desarrolló con la misma normalidad de los días anteriores, con una indiscutible lección de civismo, a pesar de que la jornada del día anterior se volviera cerrar con ocho detenidos en las innecesarias y premeditadas intervenciones de la Policía.


Empero, de estos cuatro días de conmemoración surgen varias conclusiones. El 15-M está vivo. Como ha afirmado el maestro de periodistas Iñaki Gabilondo, es absurdo tratar de ningunear al movimiento, porque este, sin duda alguna, está formado, de forma más o menos activa, por millones de españoles indignados que no están, por más que se pretenda hacer creer lo contrario, teledirigidos por “oscuras fuerzas maléficas de la izquierda batasuna o revolucionaria”. El 15-M es capaz de analizar y explicar con precisión cada uno de los males que atenazan a nuestro país y al mundo en general. Y la más importante, el 15-M debería ser más escuchado, porque desde las modestas asambleas de barrio que no han dejado de pensar y proponer en todo este año, surgen cada día miles de propuestas que, de ser tenidas en cuenta, ayudarían a cambiar el rumbo sin rumbo del barco en el que la ciudanía navega hacia el precipicio. Ya lo demostraron hace un año cuando los partidos tradicionales prácticamente ignoraron las movilizaciones de entonces, pero incluyeron en sus programas electorales que habían surgido de las indignadas plazas de mayo de 2011.


Ayer, una vez más, el ya clásico “grito de silencio” en el último minuto del día, otra sonora cacerolada y una manifestación improvisada a la Bolsa de Madrid, pusieron punto y final a la conmemoración del primer año de vida de la #spanishrevolution. Los detenidos y los procesamientos de una treintena de jóvenes ni han amilanado ni han podido empañar las pacíficas y comprometidas acciones de este movimiento que promete seguir dando la batalla. Al menos, hasta que la clase política destinataria de su mensaje se ponga las pilas y los indignados dejen de sentir la necesidad de gritarles “que no, que no, que no nos representan”.