miércoles, 16 de mayo de 2012

Hollande llega a Berlín empoderado por la izquierda europea para forzar a Merkel a cambiar el rumbo y apostar por el crecimiento

Publicado en Diario Progresista


¿Qué pasaría si Angela Merkel no consiguiera el apoyo de su propio Parlamento para ratificar el pacto fiscal europeo que ella misma impulsó? La alianza de François Hollande con los socialdemócratas alemanes del SPD podría generar ese escenario. El presidente de la República Francesa llega hoy a Berlín con ese as en la manga, dispuesto a forzar la rendición de Merkel a las tesis de la izquierda europea.
Hollande llega a Berlín empoderado por la izquierda europea para forzar a Merkel a cambiar el rumbo y apostar por el crecimientoPolítica contra capital. Es el pulso que desde hoy mismo, pocas horas después de que François Hollande haya tomado posesión como nuevo presidente de la República Francesa parece que se vaya a jugar en el mapa europeo. Angela Merkel, que hasta las elecciones del pasado domingo se había negado a recibir o escuchar al líder socialista galo, tendrá que recibir hoy en la cancillería a un Hollande que llega dispuesto a marcar las nuevas líneas de funcionamiento del eje Berlín – París, que posiblemente, desde hoy, sea el eje París –Berlín.

Relajar las estrictas medidas de austeridad impuestas hasta ahora por Merkel con la complicidad de su matrimonio estratégico con Nicolás Sarkozy, pueden convertirse en una obligación para la hasta hace sólo unos días todopoderosa jefa de gobierno germana. Para ello, François Hollande, el hombre afable y discreto, llega a Berlín con un pacto cerrado de antemano con los socialdemócratas del SPD, que se han mostrado dispuestos a ayudar al inquilino del Elíseo a impulsar un nuevo rumbo para las políticas económicas de la Unión Europea.

Así, las propuestas económicas defendidas por Hollande durante su campaña electoral en el país galo, radicalmente contrarias a las recetas con las que Merkel viene ahogando las perspectivas de crecimiento del viejo continente, y especialmente a los países del sur, podrían ir cogiendo forma antes de lo que muchos hubiesen apostado. La alianza estratégica con los socialistas alemanes, que tienen en su mano boicotear la aprobación de los planes de la canciller en el parlamento alemán, está llamada a forzar un cambio de discurso de Angela Merkel, so riesgo de ver como su plan para la Unión Europea no recibe la aprobación de su propio país.

Un programa inmediato contra el paro juvenil en Europa, medidas contra la crisis financiera y bancaria, programa de crecimiento y empleo, inversiones y fondos europeos para dicho crecimiento y apoyo a las administraciones públicas -los ejes del discurso económico de Hollande-se han convertido en condiciones inexcusables del SPD para apoyar cualquier plan de pacto fiscal encabezado por la canciller alemana. La necesidad de sumar tres quintos de las cámaras parlamentarias, el Bundestag y el Bundesrat, prodría forzar a Merkel a aceptar el nuevo rumbo reclamado por Hollande y apoyado con sus socios de la izquierda alemana. No aceptar esas condiciones, según han hecho público los líderes del SPD, supondría que el plan de pacto fiscal de Merkel no llegaría a salir de las fronteras de la todopoderosa Alemania.

El pacto de Hollande con los socialistas del SPD se ha hecho visible através del documento que los socialistas alemanes han presentado a la canciller como condición sine qua non para llegar a ningún acuerdo, que incluye medidas defendidas por líder galo como introducir un impuesto de transacciones financieras, completar el pacto fiscal con un programa de crecimiento y empleo, exigir “responsabilidades estrictas” a los bancos en casos de especulación, y -aquí radica la mayor novedad- separar la banca de negocios de la banca de inversión, lo que implica volver al sistema bancario anterior a la derogación del acta de separaciónimpulsada por el presidente estadounidense Ronald Reagan en los primeros años ochenta del siglo pasado, y en la que los analistas financieros pueden datar el comienzo del campo de cultivo de la actúal crisis financiera. La propuesta se remata con la exigencia de una “inspección bancaria europea” que vele por el cumplimiento de estas condiciones.

Toda la izquierda europea, incluida la alemana, coincide en responsabilizar de la parálisis en el crecimiento económico de la Unión a las tesis defendidas por el matrimonio Merkozy, cuyo divorcio ha sido impuesto por la voluntad popular expresada en las urnas. “De una crisis localizada y controlable hemos pasado a una crisis del euro, y Merkel y Sarkozy son los principales responsables", ha asegurado Sigmar Gabriel, uno de los principales líderes del SPD. “El principal error fue plantear la crisis como un problema presupuestario, sin atacar los problemas de crecimiento y de desequilibrio dentro de la unión monetaria, para lo que se requieren instrumentos como una política económica común y herramientas para corregir los desequilibrios dentro de la eurozona”, ha señalado el dirigente socialdemócrata, que no ha ocultado su decisión de formar una alianza estratégica con Hollande para definir la nueva senda que debe seguir Europa para dejar atrás la crisis económica y facilitar el crecimiento y la creación de empleo.

Así las cosas, los que pensaron que la voluntad de cambio expresada por los franceses el 6 de mayo chocaría frontalmente con el muro infranqueable de Angela Merkel se van encontrar con que la presencia de un líder de izquierdas en el Elíseo puede forzar a una revisión total de las recetas que han venido anteponiendo los intereses de los poderes financieros por encima de las necesidades de la población. 

La alianza de François Hollande con la izquierda alemán es el as en la manga con el que el presidente francés llega Berlín dispuesto a hablarle de tú a tú a la canciller Merkel, demostrando que la unión de la izquierda europea, que el galo parece dispuesto a capitanear, es un poderoso bloque con capacidad para cambiar el rumbo y dirigir a la Unión a una nueva etapa en la que los intereses de los ciudadanos primen sobre los de los bancos. El pulso comienza esta misma tarde en Berlín, y la maniobra de François Hollande de llegar a la capital alemana arropado por el acuerdo con la izquierda del SPD en un momento de debilidad de Merkel indica que la arrogancia de la canciller puede estar llegando a su fin.