viernes, 28 de octubre de 2016

Margarita Robles, liderar la Oposición y defender el programa electoral del PSOE

 En esta absurda batalla entre presuntos traidores y defensores de las esencias socialistas, vino ayer a “sentar cátedra” la magistrada (o jueza, sinceramente, nunca he sabido bien si son la misma cosa o qué diferencia una de la otra) Margarita Robles, quien fue “encajada”, por cierto, por decisión personal de Pedro Sánchez y sin consulta a la militancia -que ya había designado democráticamente a sus candidatos-, como número dos “independiente” en la lista por Madrid del PSOE de las pasadas elecciones generales.
Robles vino a decir que pensaba hacer caso omiso del mandato del Comité Federal que ordena al Grupo Parlamentario abstenerse en la segunda votación de investidura de Mariano Rajoy, porque no estaba dispuesta a “incumplir el programa electoral del PSOE”.
Repasando dicho programa, cabe observar que el mismo es un documento que plantea, muy detalladamente, los objetivos a desarrollar por el Partido Socialista si los electores hubieran decidido otorgarle la mayoría para formar Gobierno. En ninguna de sus páginas se explica qué postura debería adoptar el PSOE si no obtenía la confianza del electorado. Y mucho menos se contemplaba ningún compromiso de no aceptar el resultado de las elecciones. Y, aún mucho menos, bloquear la gobernabilidad del país. Luego Margarita Robles alude a algo que el programa electoral del PSOE no dice. Miente cuando afirma que votar no es un compromiso electoral, o miente cuando asegura conocer el programa bajo cuyas siglas concurrió a las elecciones.
Lo cierto es que el PSOE no ha renunciado a su programa electoral, y ayer mismo lo defendió en el debate de investidura proponiendo al Congreso una serie de medidas que la actual composición del Hemiciclo permite poner en práctica, si se alcanza el consenso necesario con el resto de fuerzas políticas.
En concreto, el portavoz socialista Antonio Hernando propuso a la Cámara las siguientes medidas, todas ellas contempladas en el programa electoral del PSOE:
· Crear un ingreso mínimo vital para las familias sin recursos.
· Suprimir las reválidas e impulsar un Pacto de Estado por la Educación que derogue la LOMCE.
· Reconocer el derecho efectivo al subsidio por desempleo a los trabajadores maduros con cargas familiares y a los parados de larga duración mayores de 52 años.
· Reducir el IVA cultural.
· Suprimir el copago farmacéutico a pensionistas y enfermos crónicos.
· Aprobar una ley de igualdad salarial de mujeres y hombres que también reconozca a todas las trabajadoras, en el momento de su jubilación, un bonus de dos años de cotización por cada hijo.
· Impulsar un gran Pacto de Estado contra la Violencia de Género.
· Aprobar un permiso de paternidad, como derecho autónomo, intransferible y de igual duración que el de maternidad.
· Aprobar una Ley de igualdad de trato y no discriminación y una Ley de muerte digna.
· Prohibir los indultos para delitos relacionados con la corrupción.
· Crear una Comisión de investigación sobre la financiación irregular del PP y poner en marcha la comisión de investigación sobre el uso partidista del Ministerio del Interior.
· Derogar las normas restrictivas de derechos y libertades públicas contempladas en la conocida como Ley Mordaza.
· Garantizar la independencia y la neutralidad de RTVE y de la Agencia EFE, y la viabilidad y la calidad de esos servicios públicos.
· Reformar el sistema de nombramientos para los órganos constitucionales y los organismos reguladores, para evitar su condicionamiento por los partidos políticos y garantizar su neutralidad.

Junto a estas iniciativas, y conforme a lo acordado por el Comité Federal del PSOE, el portavoz anunció que el Grupo Parlamentario Socialista promoverá e instará el inicio inmediato de una fase de diálogo social para la aprobación de un nuevo Estatuto de los Trabajadores y la derogación de la Reforma Laboral. El portavoz socialista concretó que ese diálogo social tiene que empezar por dos cosas: una subida del Salario Mínimo y el reequilibrio del peso de las partes en la negociación colectiva, absolutamente fundamental porque el PP voló por los aires la negociación colectiva durante la Reforma Laboral.

La labor de oposición, defendió también el portavoz, no impedirá al PSOE buscar acuerdos en las iniciativas que el Gobierno presente, ni ofrecer consensos en políticas de Estado ni colaborar para el mejor cumplimiento de los compromisos que el Gobierno haya asumido en nombre de España y que vinculan a todos los españoles. Eso sí, buscando el reparto de su coste para que no castigue a los mismos de siempre, a los perdedores de la crisis, a los que ya han sufrido los embates de esta crisis, a las clases medias y a los empobrecidos trabajadores.

También comprometió el empeño de los diputados y diputadas socialistas, prioritariamente, en tres objetivos.

El primero, revitalizar el Pacto de Toledo para asegurar tanto la estabilidad financiera del Sistema de Seguridad Social, como para garantizar el poder adquisitivo de las pensiones en unos años en los que hay un crecimiento efectivo, mediante un sistema de reparto y solidaridad y, por lo tanto, mediante un sistema de transferencia de rentas entre generaciones.

Segundo, la creación de una subcomisión parlamentaria para afrontar los serios desafíos presentes en la vertebración territorial de España, en particular con el objetivo de recuperar la normalidad institucional con Cataluña. El Grupo Parlamentario apostará, ante la gravedad de la situación actual, por construir en el marco constitucional un modelo sincero de reconocimiento y lealtades mutuas dentro de una nación con diversos sentimientos de pertenencia.

Tercer objetivo. La adopción de las medidas necesarias para asegurar que nunca más las dificultades para la investidura de un nuevo Presidente del Gobierno deban resolverse mediante la repetición de elecciones. Para ello, el PSOE propondrá en el Congreso de forma inmediata una reforma del artículo 99 de la Constitución que, manteniendo el papel del Jefe del Estado y el sistema de elección parlamentaria, acote temporalmente el proceso de investidura e introduzca mecanismos para asegurar la elección por mayoría del Presidente del Gobierno.

Todo lo anterior son compromisos adquiridos por el PSOE en su programa electoral. No lo es bloquear la gobernabilidad de España, o no reconocer el resultado de las elecciones. La actual distribución de escaños en el Parlamento hace posible conseguir todos y cada uno de esos objetivos. Dependerá de la voluntad del resto de fuerzas políticas que puedan ser realidad.

Lo que es seguro es que la repetición de las elecciones alejaría esa posibilidad. Margarita Robles, y con ella los que defienden bloquear la investidura votando no aludiendo a un inexistente compromiso del programa electoral, deberían reflexionar sobre lo que el PSOE puede lograr para los españoles en esta Legislatura. De momento, parece que no lo están haciendo.


Más bien parece que algunos estén planteando el no como una estrategia que no piensa en los españoles y sí, y mucho, en el futuro político de quienes están promoviendo la quiebra de la unidad de acción del Grupo Parlamentario, desobedeciendo el mandato expreso, decido por mayoría, del Comité Federal. Un órgano que conviene recordar que es elegido democráticamente, representa a toda la militancia socialista y es el máximo órgano del Gobierno del PSOE.