miércoles, 5 de abril de 2017

Margarita, chocho, afíliate

Llevaba todo el día de ayer trabajando en mis cosas, las que me convierten en "estómago agredecido" fuera de la política, pero no había podido enajenarme del 'Margarita, hijaputa' de Miguel Ángel Heredia Díaz, la falsa polémica y las sonrojantes e impostadas muestras de 'solidaridad' con la presunta ofendida.

Qué mediocre es el oportunismo de quien busca oro donde no hay más que carbón. No se llenan palabras vacías con exabruptos sacados de contexto y dramas artificiales. Todxs sabéis que se trataba de lenguaje coloquial en una reunión a puerta cerrada, a la que nadie parece escandalizar que fuera grabada y difundida en los medios.

De esta polémica nadie se va a beneficiar, y al fin y al cabo, Heredia tenía razón al pedir a la magistrada que se afilie para hablar con conocimiento de causa de los problemas de la militancia socialista, y deje de tocar las narices desde la cómoda y poco comprometida barrera del escaño que Pedro Sánchez le regaló. Pero eso... rinde poco. Si en vez de decir, "Margarita, hijaputa" (un vocativo tan coloquialmente andaluz) hubiese dicho "Margarita, cariño",  "Margarita, guapa", o "Margarita, chocho", el problema sería que usó lenguaje machista, misógino y/o condescendiente (y mire usted, no nos van tan bien las cosas en ese terreno como para querer rentabilizar determinadas cuestiones). El contenido, lo sabéis, era otro. Y no había insulto alguno; mucho menos intencionalidad de insultar.
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OTROSÍ DiGO: Zaida Cantera en un acto en Almería: "A mí me ha puesto aquí la militancia socialista" ¿Quién insulta a quién?

Qué pobre campaña, de todos nosotros, si sigue así.

NOTA FINAL: ¡Cómo se te extraña, maestro Labordeta!