jueves, 29 de junio de 2017

Repugnante homofobia

Hace ahora tres años, cuando aún desempeñaba mi labor como redactor jefe del desaparecido Diario Progresista, publiqué una serie de artículos que relataban el caso de acoso homofóbico denunciado por Nico Ferrando. Como consecuencia de aquellos artículos SantaLucía Seguros ha interpuesto una querella contra mí, por la que, de momento, el juzgado ha decretado que tengo que depositar una fianza de 35.000 euros (sí, 35.000 euros, que contrastan con los 100.000 que han tenido que depositar, por ejemplo, algunos de los acusados por el denominado Caso Lezo). Ayer, 28 de junio, el digital OK Diario que dirige el periodista Eduardo Inda, publicaba una entrevista con Nico Ferrando en el que se volvía a contar su historia, la misma que ya conté yo hace tres años. Pero además, el diario de Inda publica un demoledor editorial que por su interés, reproduzco íntegramente a continuación.

El caso de homofobia en el seno de Seguros Santalucía es un ejemplo más de una lacra que no cesa. Más allá de las reivindicaciones festivas que colonizan las calles de Madrid en estos días -se esperan más de tres millones de asistentes al World Pride 2017- hay que recordar que durante el pasado año hubo 239 agresiones homófobas en España. Una violencia tanto física como verbal que aún hoyes un tema tabú y que en muchas ocasiones ni siquiera llega a ser denunciada. De ahí que, para avanzar en la lucha contra la discriminación sexual, sea fundamental el testimonio de valientes como J. Nicolás Ferrando. Resulta inaceptable que en pleno siglo XXI la vida privada y profesional de muchas personas aún se vea subyugada por hechos como el que relata este comercial de seguros: "Un director de Santalucía me llamó maricón y me acusó de acostarme con clientes para cerrar pólizas".

Políticos y jueces deben asegurarse de que se cumple a rajatabla el artículo 14 de la Constitución: "Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social". Sólo así conseguiremos una sociedad digna del tiempo en que vivimos y de la evolución ética que se le presupone. Acosos como el que ha sufrido J. Nicolás Ferrando tienen que formar parte del pasado antes que después. En una sociedad que mira al futuro no caben expresiones como "maricón de mierda" o "la vedette de la oficina". Cada uno puede vivir y sentir su vida privada como crea oportuno y con total libertad sin que ello sea motivo de persecución o estigma. Como bien apunta Nicolás Ferrando, este tipo de insultos no son "gracietas" sino auténticas expresiones de odio que, además, están tipificadas en el Código Penal. Las fiestas están bien y sirven para dar visibilidad al problema. No obstante, es el trabajo riguroso de políticos y jueces el que debe acabar con la repugnante homofobia. Aún queda mucho por hacer . 

Tengo una enorme curiosidad por si saber el gigante de los seguros actuará como hizo conmigo, y se querellará contra Inda, la periodista que firma la entrevista y contra el propio OK Diario. Y si llegado el caso, el juzgado pedirá también una fianza como la que se me ha pedido a mí. Seguiremos informando.

jueves, 22 de junio de 2017

Y, milagrosamente, la abstención dejó de ser apoyo

E
l PSOE se abstuvo en la Moción de Censura a Mariano Rajoy. Ello no implica que los diputados socialistas aprueben la gestión del Presidente del Gobierno. La orden de abstenerse partió del propio Pedro Sánchez, que no consideró necesario escuchar la sacrosanta "voz de la militancia" ante tan importante decisión.

El tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Canadá será aprobado por el Congreso de los Diputados gracias a la anunciada abstención del PSOE, notificada solo unas horas después de que la presidenta del Partido, Cristina Narbona anunciara en Twitter que no recibiría el apoyo de los diputados socialistas, y de que el Comisario Europeo Moscovici bajara a mantener unas palabritas con Pedro Sánchez. España no supondrá un freno para el CETA.

¿Mintió Narbona? No. Abstenerse no es apoyar.

Tampoco Pedro Sánchez ha considerado oportuno esta vez someter al criterio de las bases socialistas una decisión de tan enorme calado.


Durante ocho largos meses, los que apoyamos asumir la derrota electoral y la abstención en la Investidura de Mariano Rajoy para que la XII Legislatura diera comienzo, hemos sido tachados de traidores, fachas, subalternos de la derecha, estómagos agradecidos y toda una retahíla de improperios y graves insultos que formarán parte de la peor historia del PSOE. Entonces, abstenerse, suponía apoyar al PP. Hoy, milagrosamente, ha dejado de hacerlo.

Hay quien ha basado su campaña, ergo, en una gran mentira, bajo la que se sustentaba un falso golpe de estado de quien pretendió celebrar un congreso exprés que le garantizara la continuidad en el cargo si se volvían a celebrar nuevas elecciones y el PSOE cosechaba su tercer “resultado histórico” consecutivo. Aunque fue el propio Pedro Sánchez el que se negó a consultar a la militancia el voto en la Investidura de Rajoy, durante ochos meses sus acólitos han difundido que se negó a las bases la oportunidad de decidir al respecto, como si Sánchez no hubiese sido el responsable de no haberlo hecho.

¿Impostura? ¿Posverdad? ¿Mentira?




Y a todo esto… Odón y Pérez Tapias

L
a percepción de una misma realidad cambia en el nuevo PSOE con gran facilidad. Un ejemplo palpable lo tenemos en el diputado guipuzcoano Odón Elorza, que en su condición de verso suelto, y antes de formar parte de la Comisión Ejecutiva Federal, se llevaba las manos a la cabeza por las sanciones que el Grupo Parlamentario Socialista impuso a los diputados díscolos que se negaron a acatar la decisión del Comité Federal de PSOE. Entonces, la sanción era “una expresión de ordeno y mando”, y  Elorza advirtió de que “no vamos bien si un partido de izquierdas, en el siglo XXI, no reconoce el voto de conciencia”.  Ocho meses después, y ante la posibilidad de los mismos parlamentarios que han trabajado durante meses -años en algunos casos- para que el CETA fuera un tratado que respete los postulados socialdemócratas, pudieran votar, en conciencia, de forma diferente a la ordenada por Pedro Sánchez (sin consultar a la militancia, siquiera al Comité Federal), Odón Elorza ha defendido que se apliquen sanciones si alguien rompiera la disciplina de voto.

Más extravagante,  si cabe, es la posición de  José Antonio Pérez Tapias, antaño referente de Izquierda Socialista, y hoy reputado agitador en las redes sociales. Según un tweet muy comentado del profesor granadino, Susana Díaz debería haber dimitido tras haber perdido las primarias frente a Pedro Sánchez. Una curiosa observación de quien ha defendido con profusión que quien ha cosechado los peores resultados electorales, dos veces, dos, volviera a la secretaría general del PSOE.


En fin... La verdad es que entender el nuevo PSOE no va ser fácil para quienes hasta ayer éramos (tal vez aún somos) traidores, fachas, subalternos de la derecha y estómagos agradecidos.

martes, 20 de junio de 2017

Rivera baja los humos al iluso Pedro Sánchez

Publicado en IrisPress Magazine.


El plan de Pedro Sánchez para erigirse de nuevo en líder de la Oposición se ha topado -otra vez- con la cruda realidad. El resucitado secretario general del PSOE creía haber encontrado la fórmula infalible para adquirir protagonismo en un Parlamento del que no forma parte. Convocar a los líderes de Podemos y de Ciudadanos para poner fin, ya, al rajoyato: "¿Podemos llegar hasta La Moncloa juntos? No lo sé, pero lo importante es que hagamos ese camino juntos, que empecemos a caminar y ese camino se hace andando".

Sánchez da muestra de no haber seguido con atención la Moción de Censura que se debatió y fue tumbada con la abstención del PSOE la semana pasada. El análisis de la degradada situación política quedó recogido en el Diario de Sesiones tras la solvente intervención, en su ausencia, de la nueva estrella del firmamento parlamentario español, la podemita Irene Montero. La aritmética imposible, exactamente la misma que cuando los diputados socialistas decidieron -dando pie a la impostada y exitosa rebelión de las bases- desbloquear la XII Legislatura y permitir que esta arrancara, fue recordada con incisiva eficacia por el líder de Ciudadanos, el gran vencedor del debate. Con sus 32 diputados, Rivera posee la llave que Sánchez necesita para sentarse en La Moncloa sin correr el riesgo de volver a pasar por las urnas. Defendió sin rubor ni turbación su no a la Moción de Censura, y reclamó que continúe la Legislatura. Si no tienen ustedes una propuesta mejor, vino a decir, no molesten. Estamos legislando.

Con la misma crudeza se ha expresado este martes, después de que Sánchez reclame un puesto preferente entre los Portavoces del Congreso, una condición que no le es propia. Ciudadanos no decidirá si se sienta en la mesa de Sánchez hasta que reciba una solicitud formal, pero adelanta que no participará en una nueva moción de censura contra Rajoy, y que tampoco habrá acuerdos con PSOE y Podemos para derogar su obra legislativa.  "El no es no ya pasó", ha resumido Rivera, quien ha puesto algo de hiriente luz sobre la realidad que Sánchez parece seguir sin entender. “Algunos han dejado su escaño, han renunciado por tácticas internas y no están en el Parlamento”, ha recordado. “No es nuestra culpa”, ha sentenciado.


 Lo que no parece difícil de deducir es que si Sánchez quiere presidir la que ha denominado “mesa de trabajo”, lo hará en ausencia del líder de Ciudadanos, quien previsiblemente delegaría su participación en otro diputado y la rebajaría a una mera presencia de cortesía. En la práctica, una bofetada al perfil que Sánchez busca para una estrategia que se ha disuelto como un azucarillo antes de nacer.

Sánchez vive un extravagante dèjá vu que le sitúa en una falsa segunda oportunidad de su estrambótica y fallida Investidura de hace 16 meses, olvidando que en marzo del pasado año pudo haber sido Presidente de un gobierno de coalición con Podemos y contando con la abstención de las hoy imprescindibles fuerzas soberanistas. La aritmética del 20D hubiese ofrecido al PSOE la oportunidad de capitanear una legislatura corta, capaz de haber sumado mayorías absolutas para derogar las leyes más perniciosas del PP, evidenciar lo saludable de alejar a los charranes, y poner fin a la degradación de las instituciones públicas. Sánchez podría haber convocado nuevas elecciones con un currículo muy diferente al que hoy exhibe como líder de un PSOE roto por la mitad, (máxime tras haber ejecutado sin piedad y con precisión milimétrica su ansiado ajuste de cuentas).

Autoexcluido Ciudadanos de la ruta Sánchez, a este sólo le queda aspirar que a la de Podemos, aún sin confirmar, se sume la presencia de Joan Tardá y Gabriel Rufián, así como de los abstencionistas del PdeCAT y PNV, si no quiere encontrarse presidiendo una humillante mesa de actores secundarios en la que el único líder sea él.

Podemos ya ha advertido al secretario general del PSOE sus condiciones para explorar alternativas a la sólida mayoría del PP y Ciudadanos. “La votación del CETA o el techo de gasto van a ser un examen para todos”, ha deslizado ya Pablo Echenique, número dos de Podemos, quien ha vuelto  a proponer que los socialistas apoyen una nueva Moción de Censura “antes de Navidad”. El techo de gasto es todo un dardo envenenado, ya que su bloqueo pondría en una difícil situación a las comunidades y ayuntamientos gobernados por socialistas.

Dicho de otra forma, tras el innegable éxito que tanto para Podemos como para Ciudadanos ha supuesto la moción de Censura, la pretensión de Sánchez de erigirse en Jefe de la Oposición sin escaño en el Congreso, no pasa de ser la estrategia de un iluso tan ensimismado como para haber creído que el resto de partidos le iban a dar la más mínima oportunidad de empoderarse en una plaza para la que hay otros aspirantes que sí se sientan en la Cámara Baja.

Siempre le quedará dar un paso adelante al borde del precipicio y tratar de llegar a La Moncloa pactando con ERC, PdeCAt y PNV el “estado plurinacional”. Una vez desarmados los cuadros intermedios del PSOE, sólo tiene que “pedir permiso” a la militancia socialista. Si optara por ese camino, podría toparse con la rebelión de sus propios diputados, a que los difícilmente podría exigir disciplina de voto tras situar a Margarita Robles como jefa del Grupo Parlamentario. O, mucho peor, verse en la obligada situación de ser él quien disuelva Las Cortes y convoque elecciones anticipadas, tras haber fracasado como Presidente ante las evidentes e imposibles exigencias que cabe esperar de los soberanistas para no bloquear la acción de su Gobierno.


El Independiente informaba ayer que, en esta tesitura, “en el PSOE prefieren un adelanto electoral después de que las encuestas arrojen datos favorables”. La ironía reside en que el único que hoy tiene potestad para dicho adelanto es Mariano Rajoy, quien, con toda seguridad, seguirá la recomendación de los socialistas, y solo optará por disolver cuando las encuestas sean favorables… para el PP. El Presidente del Gobierno dispone de tres largos años y de una sólida mayoría parlamentaria -como ha demostrado sacando adelante los Presupuestos Generales del Estado y sorteando sin más que unos leves rasguños la primera Moción de Censura de Podemos- para elegir con paciencia y acierto el mejor momento de convocar a los españoles a nuevas elecciones. Y no lo será para Pedro Sánchez.

viernes, 16 de junio de 2017

Moción de censura: 1-1-0. Regreso al futuro



L
a Moción de Censura ha fracasado. Rajoy sigue siendo Presidente del Gobierno. Aparentemente fortalecido y arropado por 170 diputados que defienden su continuidad en La Moncloa. Sólo 82 de los 350 que conforman el Hemiciclo le han pedido que se vaya. 98 diputados, incluidos los del PSOE, se han puesto de lado y permitido con su abstención (“abstenerse tampoco es tan grave”, ha llegado a decir el socialista José Luis Ábalos en su esperada intervención), que el PP se mantenga en el Gobierno.

No puede, empero, decirse que Podemos haya fracasado. A solo tres días del Congreso del PSOE, Irene Montero abrió con fuerza la #MociónParaEcharlos. Ejerció con solvencia y efectividad su función de crear un contexto en la Cámara Baja (y en el país) sobre el que sostener la Moción. Lo logró sin las estridencias que se esperaban del Podemos chusco que unos días antes denostaba el Parlamento y trasladaba la única victoria “posible” a las calles. Montero cumplió. El Presidente del Gobierno -y del PP- no logró neutralizar el pliego de acusaciones de la que se reveló como nueva estrella del parlamentarismo español. Al contrario, y a su pesar, acusó recibo y dio carta de naturaleza al Debate de Censura.

El Pablo Iglesias que se propuso como Presidente del Gobierno no tenía nada que ver con el diputado gamberro y faltón que el año pasado arrojó cal viva sobre los escaños del PSOE, buscando el sorpasso. El Pablo Iglesias de este martes y trece se ha manifestado como el líder de la formación política que ha sabido describir un país secuestrado en una situación insostenible, y ha señalado con acierto al único responsable: el Partido Popular.

La degradación de las instituciones públicas ha rebasado todos los límites por la osadía de un PP que ha despreciado el voto de confianza que, a pesar de todo, recibió en diciembre de 2015 y junio 2016. En minoría y debilidad, los charranes han sido incapaces de resistirse a la tentación de seguir actuando como si el Estado fuera su feudo.

Han sobrepasado su probada temeridad, e incrementado a ojos vista su manipulación de los estamentos judiciales ante el envenado calendario judicial que se cierne sobre decenas de populares de ilustre nombre. Y, ahora sí, salpica al Gobierno. De cada nuevo escándalo surge un nuevo hilo de investigación que da cobertura a la trama como argumento. A Rajoy se le ha ido de las manos. Ya no puede seguir esgrimiendo como excusa su esquizofrénica dualidad como presidente del Gobierno y del PP. No hay separación. El Gobierno ya es protagonista directo de la asfixiante corrupción. Raciona con una mano sólidos argumentarios sobre transparencia y prevención, mientras con la otra maneja los resortes del Poder Judicial para que sus propias medidas no se vuelvan contra ellos.

Establecer el grado de degradación al que ha llegado este país, y dejar constancia del mismo en el Diario de Sesiones, es el primer gran éxito de la Moción de Censura.


S

ituar al nuevo PSOE en el punto de partida que dio pie a la cruenta batalla de las Primarias es el segundo. “La verdadera moción de censura tuvo lugar en marzo de 2016”, acertó a lamentar el secretario de organización in pectore del nuevo PSOE. El lacónico canutazo de Ábalos llegó por los pelos a los informativos mientras en el Congreso se estaba celebrando un banquete de Platón al que los  socialistas llegaron a los postres y cuando los comensales ya habían expresado sus alabanzasY eso que Joan Tardà prácticamente llegó a anunciar la proclamación de la República Catalana si el referéndum ilegal del 1 de octubre así lo ordena, sin que la bancada popular organizara una de sus habituales algaradas. Ya en el desayuno, un Ábalos conciliador y paternalista, realista y preciso, pronunció la frase por la que será recordado el ya ungido número tres del PSOE: “A veces abstenerse tampoco es tan grave”. Revelación que acompañó esgrimiendo un documento interno publicado por Público el pasado 29 de mayo, que, en el imaginario del Ábalos, desmontaba todo lo escuchado en el Hemiciclo el día anterior. Bien leídos, los papeles de Podemos muestran una estrategia y un calendario que Iglesias y los suyos están ejecutando con precisión de orquesta sinfónica.

Lo cierto es que, en ausencia del PSOE, Podemos ha logrado trasladar a la calle, sin aspavientos ni gamberradas, lo oportuno de una medida como la Moción de Censura. Tanto la exposición de motivos de Irene Montero como las propuestas de Pablo Iglesias entran dentro de lo razonable. Cuanto menos, de lo debatible. Incluso en la temida cuestión territorial. Al extremo que los portavoces de Bildu y ERC, más que anunciar, riñeron con amargor los síes “críticos” que aportaron a la moción. Defraudados por la nula complicidad del Candidato para con la causa y el calendario secesionista. Iglesias supo endosar al Partido Popular el insostenible grado de enfrentamiento y el haber dado alas al Process, y se ofreció dispuesto a explorar, desde otra óptica de Gobierno y voluntad de consenso, vías para dialogar un encaje dentro de la legalidad que satisfaga “a todas las partes”, y que enfríe el deseo de los catalanes “que quieren irse de España”.

A
lbert Rivera ha sido el más beneficiado del Debate. El joven líder de Ciudadanos supo interpretarse con habilidad como una suerte de Macron español. Mostró que, con sus 32 diputados, es quien maneja los ases de la cruda partida que está suponiendo la XII Legislatura. Sin ellos, sólo un acuerdo extra constitucional entre los partidos de la izquierda y las fuerzas secesionistas (incluidos los abstencionistas del PdeCAT) podría poner fin, hoy mismo, al Gobierno del Partido Popular. Rivera sabe que es un acuerdo imposible al que el PSOE, con o sin Pedro Sánchez al frente, siquiera puede asomarse. Cualquier alternativa plausible pasa irremisiblemente por la mesa del presidente de Ciudadanos. Si el PP es el problema, vino a defender Rivera, esto no va de ideologías. Va de compromisos que excluyen cualquier veto a los LibDem españoles. Ante quien no admita la inexorable realidad, Rivera defendió sin rubor ni turbación alguna su no a la Moción de Censura, y reclamó que continúe la Legislatura. Que cada uno haga lo que pueda para que sea la última del PP. Cree su caparazón ideológico y propositivo, e intente ganar las próximas elecciones. Si no tienen ustedes una propuesta mejor, por favor… no molesten. Estamos legislando. Ciudadanos votó no.

Rajoy seguirá gestionado la inevitable e irreversible decrepitud del PP desde La Moncloa; cómodamente, a la española. Iglesias no pierde ni un ápice de apoyo y roba con habilidad para Podemos el cartel del pacto a la portuguesa. Rivera acomoda un contenedor para votos del PP y del PSOE. A la francesa. Y los socialistas salen de la Moción atrapados de nuevo en la extravagante abstención sin obtener ningún rédito político. Pergeñando el férreo blindaje de Ferraz. A la Sánchez.

La moción, estratégicamente situada en el calendario congresual del PSOE, exigía un rotundo no de los socialistas. No hay caminos alternativos por imposición. No son efectivos. Podemos ha atinado trasladando que la suma de síes y abstención superaban a los 170 noes. Pablo Iglesias ha legitimado su artimaña parlamentaria, y confirmado sus propias declaraciones a El Progreso,  convencido de que, efectivamente “la moción de censura ya ha triunfado donde tiene que triunfar, que es a nivel social (...)”. El #39Congreso y el regreso del nuevo y podemizado Sánchez, apenas infligirán un leve arañazo en las filas y el electorado de los morados. Iglesias se ha erigido en líder de facto de la Oposición. Al menos, a la espera de que un Pedro Sánchez autoexcluido del Hemiciclo defina estrategia y espadachines parlamentarios. Iglesias ha perpetrado con audacia el sorpasso psicológico, y lo ha acompañado de palabras conciliadoras, el abrazo del oso, para el secretario general de los socialistas, al que ha ofrecido “la fuerza de Podemos” si quiere alzarse con éxito como ariete de la que expone como ya iniciada derrota de régimen popular. Al mismo tiempo, la poderosa maquinaria 2.0 de los círculos eleva a recurrentes trending topics etiquetas como #HayAlternativaAlPP (o #IreneEresEjemplo), y convierte en una auténtica pesadilla el time line de Pedro Sánchez en las redes sociales a cuenta de la nueva abstención del PSOE. Habrá que esperar al próximo domingo para conocer "la alternativa" de Pedro Sánchez.   

Sánchez llegará al Pabellón 3 de Ifema forzado a superar el previsible “exijo la inmediata dimisión del Presidente de Gobierno” [Fin de la cita, ovación y aplausos] con el que se da por hecho que responderá a las exigentes redes sociales que le recuerdan insistentemente  que...

En su carta El PSOE siempre a la altura, publicada este jueves en El Mundo, el líder socialista ha manifestado “abiertamente” su voluntad de “conseguir cuanto antes una amplia mayoría parlamentaria en el Congreso”. Y, en cierto modo ha compartido, en forma de advertencia, la reflexión ya planteada por Albert Rivera: “Si continúan los vetos buscaré decididamente ese apoyo mayoritario al cambio en las urnas”, ha escrito. En su epístola, el resucitado Sánchez ha anunciado ”una oposición al servicio de la mayoría social” y “una alternativa solvente” para la que generará “un espacio de encuentro con las fuerzas del cambio y los actores sociales”. Y para que no quepa duda, ha añadido algo de metodología: “A crear ese espacio de diálogo y trabajo parlamentario conjunto llamaremos a las fuerzas del cambio y a los colectivos sociales”. Puro Sánchez.

Albert Rivera, ha rechazado cualquier pacto con “el sectario Pablo Iglesias”, aunque haya deslizado -con maliciosa audacia- no saber  “qué pasaría” con Errejón “u otros liderazgos”. "Hay que ganar a los conservadores en las urnas", ha dicho para reiterar su posición en la Moción de Censura, escogiendo con olfato y gran acierto sus palabras.

El irónico calendario político ha situado de nuevo a Pedro Sánchez en la tesitura de tener que convencer a Podemos, y no a Ciudadanos, si es que pretende liderar una alternativa a Mariano Rajoy sin haber ganado las elecciones generales. Dèjá vu. Aunque si algo ha demostrado Sánchez, y hay que reconocérselo, es su capacidad de renacer una y otra vez en la adversidad. Pero en todas sus reencarnaciones se encuentra con los mismos actores, Mariano, Albert, Pablo, Puigdemont, Tardá… viviendo aún su primera y única, la misma, vida política. Sánchez ha querido que el 39 Congreso diera marcha atrás en el tiempo para reescribir el 1 de octubre de 2016. Pero el delorian se ha pasado de frenada y le ha situado, otra vez, en marzo de 2016. El día de la marmota. 


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A
hora que la Oposición al Gobierno ha regresado de las calles al Parlamento, aquí el único que se expresa con claridad es, como siempre, el imbatible Mariano Rajoy.

lunes, 12 de junio de 2017

Pablo, Pedro, una moción de confianza, Actúa y Bernstein

Publicado en IrisPress Magazine.


La guerra es dulce para los inexpertos
Erasmo de Rotterdam


E
n el mejor de los casos, la candidatura alternativa a Mariano Rajoy Brey que encabezará Pablo Iglesias será la opción peor acogida esta semana por el Congreso de los Diputados.

La continuidad del Presidente del Gobierno en La Moncloa obtendrá un importante refrendo de los 170 diputados de la derecha (PP, C’s y CC), el único bloque sólido del arco parlamentario con capacidad, además, de conciliar acuerdos para sortear intentos de bloqueo institucional, como ha demostrado recientemente la mayoría absoluta de 176 escaños obtenida para los Presupuestos Generales del Estado.

Podemos sumará con ERC, y puede que con Bildu, dos fuerzas que no comparten proyecto de país en el Congreso, un máximo de 82 votos frente a los 98 de quienes, mediante la abstención, optarán por Rajoy como mal menor rechazando apoyar la Moción de Censura.

Rajoy seguirá en La Moncloa con el soporte estabilizador del 48.6 % de los escaños. El 51,4 % restante se divide irreconciliable entre el 28 % (PSOE, PdeCat, PNV y, previsiblemente, el canario Pedro Quevedo) que optará por mantener a Mariano Rajoy mejor que investir a Pablo Iglesias como Presidente del Gobierno, y la minoría del 23, 4 % que habrá intentado, legítima, constitucional e inútilmente, quitar el Boletín Oficial del Estado al Partido Popular.


Sostiene Iglesias, en su peculiar lectura de la aritmética parlamentaria, que la Moción de Censura desvelará que Rajoy no cuenta con 175 diputados que le apoyen y que nosuperaría una Moción de Confianza. Los Presupuestos Generales del Estado han demostrado que esa es una afirmación cuanto menos discutible, al respecto de una cuestión que no ha sido planteada. Lo que Podemos lleva al Congreso este martes es una propuesta para cesar a Rajoy y sustituirle por Pablo Iglesias, y será, de las tres opciones sobre las que tendrán que decidir los diputados -sí, no o abstención- la que menos votos obtenga.





A
 destacar el papelón que en su debut el astuto Pablo Iglesias ha otorgado al PSOE y, muy especialmente, al resucitado Pedro Sánchez, que ya ha ordenado la maldita abstención ante la #MociónparaEcharlos. Lo ha hecho, por cierto, sin haber consultado a la militancia socialista. El mismo secretario general que hace solo ocho meses quería convocar unas primarias y un congreso en poco más de veinte días, ha dispuesto de ese tiempo desde su elevación por las urnas del pasado 21 de mayo hasta hoy para poner en práctica su discurso. No la hecho. El Grupo Socialista defenderá, por orden de Sánchez, que Podemos no es una “alternativa real”, que no tiene un programa de gobierno “serio”, que “no es creíble” y, principalmente, que no presenta su moción para tumbar al jefe del Ejecutivo, sino “contra el PSOE”. Aún así, no habrá una respuesta contundente ante tal agresión podemita, ni al hecho de utilizar torticeramente el Parlamento para la estrategia del sorpasso.

La tibieza de Sánchez, temeroso de unir los votos del PSOE a los de la mayoría y abortar de plano la banalización de Las Cortes, busca dejar una puerta abierta después de que José Luis Ábalos acuse a Podemos el próximo martes de presentar una moción de censura para «sacar rentabilidad política y proyectarse mediáticamente». Pero sitúa a los socialistas en la extravagante situación de haber vivido la devastadora y exitosa revuelta del #NoesNo, la rebelión de las bases, y optar, como en Octubre del pasado año, a solo cuatro días de la coronación, por lo más razonable, aritméticamente hablando, y esperar un mejor momento para acabar definitivamente con el rajoyato.

La Moción de Censura habrá sido un fracaso del que Rajoy saldrá fortalecido frente a una Oposición inoperante. Un ejercicio baldío de una poderosa arma que la Constitución ha puesto en manos de la ciudadanía a través de sus representantes en Las Cortes. A Iglesias le quedará, y será suficiente para él, el consuelo de agitar desde Twitter, donde sin siquiera agotar los 140 caracteres de rigor, podrá proclamar que “La moción de censura ha triunfado donde tiene que triunfar, que es a nivel social”. Es la dinámica de quienes reivindican a Montesquieu pero parecen dispuestos a volver a matarlo, pues cuestionan y condenan al Poder Legislativo y pretenden sortearlo reclamando el poder para las bases. Una actualización digital  e imposible de la Comuna de París (o la  Dictadura del Proletariado). Bajo la tutela de anguitas y monereos, Podemos también ha sentenciado a los maléficos mandos intermedios y reclama volver a las falanges ciudadanas debidamente acaudilladas que, como todos sabemos, tan buenos réditos de (escasa o nula) paz y/o prosperidad han legado al mundo tal y como las hemos conocido. Pero habrá logrado su objetivo real, y aplicando las enseñanzas de Sun Tzu ("La guerra es el Tao del engaño"), ganado su guerra evitando que esta tenga lugar. O dicho de otra forma, habrá fidelizado a las bases de Podemos cuatro días antes de que Pedro Sánchez se proclame único y verdadero líder de la izquierda, y pida espacio propio en la plazas okupadas por los círculos morados.

El problema radica en que los de Podemos esgrimen un poderoso argumento en que el tienen toda la razón, aunque hayan manipulado ásperamente el calendario parlamentario para inmiscuirlo en la vida interna del PSOE (con la complicidad de la Presidenta del Congreso, Ana Pastor, que ha situado el debate y votación de la Moción de Censura a solo unos días del cónclave socialista). En las últimas semanas se ha producido un incuestionable punto de inflexión en el panorama político, tras salir a la luz las evidencias de que el acorralado y corrupto Partido Popular, haciendo uso del Gobierno de la Nación, está manejando groseramente los hilos y creando el marco judicial propicio para superar el envite judicial que le espera en los próximos años. Al extremo de poner al frente de la Fiscalía Anticorrupción a un presunto corrupto al que sus personales papeles de Panamá le unen más a los investigados y procesados que a la Ley que había jurado aplicar y proteger antes de verse obligado a dimitir. De situar en la Fiscalía General del Estado a un Maza capaz de confesar desalentado que no ha podido convencer a Moix para que permaneciera fiel e igual de diligente en su puesto. Y de propiciar que “Concha” acabe presidiendo la misma sala en la que fue recusada por sus probadas simpatías con el PP y que juzgará la trama Gürtel.



REFERÉNDUM SECESIONISTA Y LA PLATAFORMA ACTÚA

E
n este abominable contexto nacional, y por boca de Pep Guardiola, la Assemblea Nacional Catalana , Òmnium Cultural y la Associació de Municipis per la Independència -el Govern catalán en la sombra-, han solemnizado este domingo la convocatoria de un referéndum ilegal el próximo 1 de octubre -cuando se cumplirán 86 años del reconocimiento del sufragio universal por la Segunda República y uno desde que Pedro Sánchez fue derrocado como líder del PSOE- que pedirá un mandato a los catalanes bajo la pregunta ¿Quiere que Catalunya sea un Estado independiente en forma de república?
Con enorme grandilocuencia, gruesas acusaciones que cuestionan el Estado de Derecho español, y ante un auditorio de 40.000 personas que algún digital del periodismo emergente  ha descrito como una “multitud soberanista”, el manifiesto leído este domingo en Barcelona hace una tan disparatada como aparentemente desesperada llamada “a la comunidad internacional y a todos los demócratas del mundo”, para que socorran a los independentistas catalanes “en la defensa la libertad de expresión política y el derecho a voto”. El texto declamado en Montjuïc por el admirado ex entrenador del FC Barcelona, ha pedido  ayuda para “enfrentarnos a los abusos de un estado autoritario” [por España] “que quiere secuestrar la voz de la democracia”. En fin, Guardiola ha pedido al mundo que libere  a Catalunya de la opresión. Tal cual.

Y

 en medio de toda esta locura surge la enésima plataforma impulsada por incombustibles como Baltasar Garzón, Federico Mayor Zaragoza, Juan Antonio Martín Pallín, Cristina Almeida o Gaspar Llamazares. Bajo el nombre de Actúa también  participan respetados y reputados progresistas como la filósofa, antropóloga y periodista Teresa Aranguren, el ex Rector Carlos Berzosa, la ex diputada de Esquerra Unida i Alternativa Mercè Civit, o los escritores Almudena Grades y Luis García Montero. Todos ellos referentes de una izquierda posibilista que lleva años clamando unidad y reclama decisión y generosidad a todos los agentes sociales de este maremágnum de malas noticias para "hacerlo a la portuguesa".




Actúa ha presentado un manfiesto que aboga por superar la Moción de Censura de Podemos, que perora muerta antes de nacer, y avanzar hacia un Gobierno de coalición, presidido por “una persona de consenso”, que con un mandato máximo de dos años, ponga en marcha un "programa de mínimos para la regeneración democrática y la cohesión social". Que priorice el rescate a la ciudadanía y la recuperación de derechos y libertades -los laborales y los otros- que han sido cuestionados estos años por el abusivo rodillo de los charranes del PP. Que afronte de una dichosa vez y con toda determinación la Memoria Histórica. Que sepa plantear y legitimar un pacto de Estado contra la Violencia Machista. Que revitalice el municipalismo y apueste por el desarrollo sostenible… Que se levante contra el régimen popular y devuelva la cordura política a la sociedad española.
Actúa nos retrotrae al escenario surgido tras las elecciones del 20 de Diciembre de 2015, y mira fijamente al PSOE, a Podemos y a Ciudadanos. Como en marzo de 2016, y sobre todo tras el inapelable aumento de la fuerza del PP tras la repetición de las elecciones generales el 26 de Junio pasado, el acuerdo trasversal y a tres bandas es la única fórmula que puede poner fin a la situación actual antes de que Rajoy pulse el botón nuclear, convoque elecciones y vuelva a ganarlas. Pero pasa por que los grandes partidos y coaliciones de ámbito nacional acuerden retrasar hasta dos años el combate en las urnas, y pacten un Gobierno de transición que medie entre el desastre legislativo y moral del quinquenio Rajoy y la llegada de una nueva mayoría roja, morada o quién sabe si, con la bendición de Emmanuel Macron, naranja, en una España que haya superado la degradación que el Partido Popular nos va a dejar a todos como herencia. Actúa pide sacrificio y compromiso para dejar claro al PP que el Gobierno #NoEsSuFeudo,  y plantea una alternativa bajo el hashgtag #PropuestadeMínimos.

Actúa lamenta en su manifiesto que “confiábamos en que las fuerzas progresistas conocidas y las de más reciente aparición evitarían la continuidad del PP en el gobierno. Por razones que obedecieron a intereses partidistas, esto no ha sido así. Y la realidad es que el mayor cambio electoral acaecido en España desde el inicio de la Transición ha dejado de lado la urgente y necesaria regeneración del Estado y de nuestra democracia”. Rechaza “la política económica del Partido Popular, que produce precariedad energética, laboral, desahucios y desamparo para decenas de miles de personas. La política de recortes y austeridad, orquestada desde Bruselas, que en muy pocos años ha provocado el deterioro de la educación, la sanidad, las pensiones, la cobertura de desempleo, las ayudas a la dependencia y el acceso a la cultura, así como el éxodo de miles de jóvenes y la pobreza de amplios sectores de la población, con especial incidencia en las mujeres”.
Este mismo domingo, Gaspar Llamazares, ha invocado “la alternativa al PP”.Por un lado”, ha dicho en una entrevista en El Correo, “nos dirigimos a la izquierda, hasta ahora incapaz de entenderse y sumida en un pulso fratricida. Pero también a otros actores más allá de la izquierda, incluido Ciudadanos”. Llamazares ha lamentado que en las dos últimas campañas “hubo un compromiso para hacer frente a la corrupción y la austeridad del PP, pero los grupos políticos no le están haciendo honor”. El también coportavoz de Izquierda Abierta y ex Coordinador General de IU, sostiene, y no le falta razón, que “para evitar las terceras elecciones se presionó para que se aceptase cualquier cosa, pero ya hemos tenido tiempo suficiente para darnos cuenta de que no ha habido cambio alguno. No solo se mantiene el bloqueo, sino que asistimos a una degradación institucional que pone en peligro la democracia y que va acompañada además de la continuidad, con algún maquillaje, de la austeridad. Esto genera decepción y desconfianza hacia la democracia entre la ciudadanía. Ante esta situación, es necesario cambiar de dirección cuanto antes.

Todo indica que el llamamiento de Actúa será inútil. Pablo Iglesias ya ha establecido como línea roja que Ciudadanos no puede formar parte de una acción democrática para apartar al PP del Gobierno, e iguala el asunto catalán a las otras y urgentes prioridades del país. Por su parte Pedro Sánchez parece más preocupado por hacer de Ferraz su propia fortaleza de la soledad a prueba de susanas, y lograr que el 39 Congreso del PSOE le pida perdón y admita que, en realidad, él salvó a los socialistas de una Oposición liderada por Podemos, cuyos votos promete, además, atraer a su causa. Habrá tiempo para ello, pero como en los días previos a su defenestración, lo primero es lo primero: blindarse como líder socialista. Albert Rivera mira a la Francia que ayer ha conocido el sorpasso y sonríe. Rajoy respira tranquilo a pesar del enojoso trámite de la Moción de Censura. Decidirá en la placidez de las vacaciones  de verano si habrá o no un nuevo periodo de sesiones en la XII Legislatura.


Y UNA DE CULTURA SOCIALISTA
P
ara cerrar este post. Poco a poco vamos conociendo el perfil político que rodeará a Pedro Sánchez. José Luis Ábalos, el diputado valenciano al que se atribuye haber sido quien encendió la mecha de el regreso en un abatido y obligado a dimitir ex secretario general del PSOE, nos regala esta perla en El Economista, medio en el que se ha definido ideológicamente como  “un socialdemócrata que se ubica en la izquierda. Me estoy reivindicando en la socialdemocracia clásica, de Kautsky y Bernstein. Me vinculo mucho con la historia del movimiento obrero y con la aportación intelectual al socialismo español del kautskismo y de la Institución Libre de Enseñanza”. 
Sin perder el humor, debo confesar que yo también soy muy de Bernstein, pero del que puso música a esta impagable pieza de ballet moderno que describe, a la perfección y con gran belleza, la nueva izquierda española, y cómo la viven quienes luchan por su liderazgo. Feliz semana a todas y todos.