Publicado en IrisPress Magazine.
Teresa May ha regresado este viernes de Buckingham Palace como Primera Ministra confirmada tras su -no tan- humillante derrota en las elecciones generales. Estará obligada a apoyarse en un socio a todas luces indeseable (visto desde este lado), como es el Democratic Unionist Party, eurófobo, homofóbico y poco amigo de las políticas sociales.
Teresa May ha regresado este viernes de Buckingham Palace como Primera Ministra confirmada tras su -no tan- humillante derrota en las elecciones generales. Estará obligada a apoyarse en un socio a todas luces indeseable (visto desde este lado), como es el Democratic Unionist Party, eurófobo, homofóbico y poco amigo de las políticas sociales.
Pero
gobernará con una mayoría absoluta estable, y eso deja a la Oposición fuera de
toda posibilidad de condicionar la acción de Gobierno de los tories. No hay hung parliament. No habrá nueva convocatoria electoral. May
gestionará el Brexit a su antojo.
Para los
editorialistas, los columnistas y los que cometemos opiniones en nuestros
blogs, quedará el recurso de que Theresa May describió como “un fracaso” perder
más de seis escaños. O que dio a entender
que se iría si esto ocurría. Ha perdido trece. No se ha ido. Ya tenemos post. Y
poquito más.
Jeremy
Corbyn también puede sentirse satisfecho al lograr un resultado por el que
nadie hubiese apostado, y haber recuperado para el voto a miles de jóvenes que
hasta hace poco “pasaban” de la política. Podrá ejercer como Líder de La Muy Leal
Oposición de Su Majestad en el Reino Unido,
y exhibir su triunfo contra el establishment
interno del Labour Party y las (otras) viejas glorias. Pero no ha logrado
arrebatar la mayoría a la derecha. Otro post. Y poquito más.
En el
peor de los casos, Theresa May podrá ser cuestionada y hasta apartada del 10 por sus propios compañeros de
bancada, pero los tories tienen asegurados cinco años de gobierno mientras los ultras unionistas estén
dispuestos a conformar la mayoría absoluta de la derecha en The Parliament, y el Brexit no corre
riesgo de ser revisado. Visto lo cerca que los laboristas han estado de quebrar
esa mayoría, es poco probable que los conservadores pierdan ese apoyo en los
próximo cinco años. Y poquito más.
No ha
lugar a euforias ni comparaciones. O no debería.