viernes, 2 de junio de 2017

Una empleada de SantaLucía Seguros aseguró que fue humillada y vejada con insultos como “putita” o “zorrita"

El caso de esta trabajadora recuerda al que afecta al también ex agente de SantaLucía Seguros Nico Ferrando, que denunció hace tres años haber sufrido acoso laboral por su condición de gay, y que relató con todo detalle en su libro Homofobia Seguros, un mundo sin protección. Su caso tuvo una gran repercusión mediática, motivo por el que el gigante de los seguros ha interpuesto una querella contra el autor de este blog, para el ya ha sido decretado la próxima apertura de juicio oral. 



SantaLucía Seguros otra vez de actualidad por un –grave- caso de presunto acoso laboral en el seno de sus empresas interpuestas, a las que denomina “agentes exclusivos”. Los agentes exclusivos son empresas que prestan servicio de captación de clientes solo para el gigante de los seguros, pero que al actuar como intermediarios, evitan una relación laboral directa entre la compañía y sus trabajadores en el área comercial. Son las varias las sentencias que han señalado y penado la existencia de los conocidos como “falsos autónomos”, lo que, entre otras cosas, supone un déficit enorme de ingresos para la Seguridad Social, con el consiguiente daño a toda la ciudadanía por parte de una empresa tan importante y reconocida como SantaLucía. Cabe destacar que Accepta Servicios Integrales es una de las empresas que, según la denuncia del colectivo "afectados SantaLucía" en la plataforma Change.org, utiliza la aseguradora para "defraudar a la Seguridad Social, obligando a un buen número de trabajadores a ejercer como falsos autónomos en vez de contratarles directamente". La compañía niega las acusaciones y afirma que "cumple con la legalidad vigente".



Pantallazo de la web corporativa de Accepta Servicios Integrales en la que indica que pertenece  al Grupo SantaLucía

En el seno de una de estas empresas, Accepta Servicios Integrales y según la denuncia que ayer hizo pública el periodista Lorenzo Ramírez en OK Diario, la directora del contact center que se encarga de la atención al cliente del Grupo SantaLucía, Ana Isabel Queipo González, fue denunciada junto con una coordinadora de la misma compañía, Azucena Tapia, por una trabajadora que les acusó de acoso laboral. Según relata Ramírez, se da la circunstancia de que Queipo es la esposa del director general de SantaLucía Seguros, Andrés Romero Peña.

En la denuncia la trabajadora relató que inició su relación laboral con la empresa en octubre de 2008 "con la categoría de teleoperadora para prestar sus servicios para SantaLucía Seguros", cargo que desempeñó durante cinco años, hasta que los servicios sanitarios le dieron la baja médica por un "síndrome ansioso-depresivo" que requirió de "tratamiento psiquiátrico" con "atención psicológica quincenal".

La afectada afirmó que la coordinadora de área encargada de fiscalizar su trabajo "realizaba continuamente humillaciones hacia su persona, con faltas de respeto, trato denigratorio e insultos como PUTITA y ZORRITA", y que puso en conocimiento de estos gravísimos hechos a la directora general de Accepta Servicios Integrales, Ana Isabel Queipo.

La denuncia de la trabajadora, según la información ofrecida por OK Diario, dice textualmente que "cuando en una reunión le mostré a Doña Ana Isabel Queipo una carta explicándole todo lo que me venía sucediendo (...) le facilité una copia, la cual rompió delante de mí. Se limitó a decirme 'esto nunca ha sucedido'. Le insistí en que era cierto y me dijo que no, que lo que nunca había sucedido era la conversación que estábamos teniendo en ese mismo momento. Me dijo que hablaría con ella y me recomendó no molestar más con este asunto, dando por zanjado el tema". Añade que "le pedí que por lo menos me firmara mi copia de la carta para poder demostrar que la había informado de todos mis problemas y situaciones que me había tocado vivir, pero se negó rotundamente, invitándome a salir del despacho y a raíz de ese día las humillaciones no sólo se intensificaron, sino que observé un verdadero deseo de hacerme vivir una atmósfera irrespirable para que me marchara de la empresa".

En su denuncia, la afectada afirmó que le obligaron a trabajar de pie, de cara a la pared, e incluso le instaron a buscar entre la basura de un contenedor higiénico, lleno de compresas y tampones usados, una tarjeta de acceso que se había caído tras un accidente fortuito. "Cada vez que pedía explicaciones o me quejaba a la directora de Recursos Humanos, Petra Peña, siempre obtenía la misma respuesta: si no te gusta ahí tienes la puerta", explicó la teleoperadora en la denuncia, "Es claro y evidente que la empresa no solo me quería fuera, sino también someterme a un acoso moral [mobbing] mediante los hechos expuestos con su reiteración y posterior recrudecimiento con el fin de humillarme y convertirme”.

Por todo ello, la denunciante solicitó ser indemnizada por los daños y perjuicios morales "ante la infracción de los derechos básicos del trabajador, a la dignidad de la persona, a su integridad física y moral y al trato no degradante. Dado que la conducta esgrimida es culpable de intencionada por su reiteración y premeditación por parte de la empresa y las personas físicas demandadas habiendo la empresa permitido y consentido su comportamiento para conmigo".

Según la documentación que OKDIARIO asegura tener en su poder, tras estas acusaciones se produjo un acto de conciliación en el que los representantes legales de la empresa rechazaron aceptar las pretensiones de la trabajadora afectada. Un portavoz oficial de SantaLucía consultado por el digital que dirige Eduardo Inda indica que "en la actualidad, este procedimiento está terminado y archivado judicialmente en mayo de 2017 ya que la demandante reconoció que no existió acoso, ni vulneración de derechos fundamentales y en consecuencia, desistió de la demanda cómo se estableció judicialmente. Por lo tanto, no ha existido tal caso de acoso". 

Sin embargo, otras fuentes aseguran que, en realidad, la demanda se solventó con un sustancioso acuerdo económico que contemplaba la salida de la empresa de la denunciante a cambio de todas sus pretensiones económicas, que las mismas fuentes sitúan por encima de los 100.000 euros. El acuerdo habría incluido también una cláusula de confidencialidad por la que la trabajadora renunciaría a seguir insistiendo en el caso de acoso sufrido, evitando así daños a la imagen de la compañía de seguros. Que hubo acuerdo extrajudicial ha sido confirmado por fuentes internas de la compañía “no oficiales”. 

Lo que llama la atención, es que, conocida la tendencia de la compañía aseguradora a llevar a los tribunales las informaciones que afectan a su imagen corporativa, si la trabajadora hubiese admitido realmente que no hubo acoso, estaríamos ante un caso de denuncia falsa, sin que SantaLucía Seguros ni Accepta Servicios Integrales hayan adoptado medidas judiciales por ello. 

El caso de esta trabajadora recuerda al que afecta al también ex agente de SantaLucía Seguros Nico Ferrando, que denunció hace tres años haber sufrido acoso laboral por su condición de gay, y que relató con todo detalle en su libro Homofobia Seguros, un mundo sin protección. Su caso tuvo una gran repercusión mediática, motivo por el que el gigante de los seguros ha interpuesto una querella contra el autor de este blog, para la que ya ha sido decretado la próxima apertura de juicio oral.