miércoles, 13 de septiembre de 2017

Listas abiertas: el rompedor compromiso de Juan Lobato


En este compromiso del Equipo Lobato reside una de las principales claves para sacar al PSOE de Madrid del pozo de oposición en el que lleva atrapado siete de las diez legislaturas de la Asamblea regional. Y en tantos Ayuntamientos, incluida la capital. Un órdago a la grande equiparable al de Eduardo Madina cuando forzó la elección del secretario general en elecciones primarias, y sacudió las estructuras de un viejo PSOE que pide a gritos más meneos

Los socialistas madrileños asisten desde hace más de dos décadas a un sistema de elaboración de listas electorales tan oscuro, complejo y desconocido, que incluso algún parlamentario ha llegado a saber que sería candidato (o no) minutos antes de cerrarse el plazo; alguno sin siquiera haberse postulado. Una llamada desde la sede -0 desde el olimpo de la vieja FSM- para los elegidos... Un "directo de impacto" en Facebook con robles, lozanos o zaidas para los electores. 

Forges, siempre Forges
De algunos veteranos diputados y concejales, lo único que se viene sabiendo, elección tras elección, es que no está previsto que dejen de serlo. Se les conoce poca obra legislativa. Y si la tienen, el esfuerzo para que los votantes (la militancia, incluso) sepan de ella ha sido poco productivo. De otros, sobre todo si fijamos la atención en las últimas hornadas, su "fuerza" en las agrupaciones de las que son secretarios generales -o aúlicos históricos- tuvo más peso para integrar la lista deseada que su currículo personal, profesional, activista o político. 

Esta metodología goza del mérito de no haber aportado al PSOE de Madrid un presidente socialista en más de veinte años. O un alcalde o alcaldesa para la capital desde hace veintiocho. Pocos madrileños de a pie son hoy mismo capaces, admitámoslo, de citar espontáneamente a más de cuatro de los treinta y siete diputados socialistas de la Asamblea. Gabilondo, Antonelli, Segovia, el propio Lobato... y para de contar. De la implantación e influencia de algunas agrupaciones en sus propios distritos y municipios hablan con implacable claridad los resultados electorales.

La propuesta de Juan Lobato no va a gustar en las oxidadas estructuras del PSOE madrileño, pero incide directamente en esta situación. Sobre todo en un momento en el que arrecia la rumorología sobre armisticios entre familias ("sectores"que diría Cepeda) y las seculares integraciones de paz -pre y post congresuales- de las élites del socialismo capitalino. Se vuelve a proclamar la muerte definitiva de la mesa camilla, pero hace eco el tintineo de actas, escaños y comités como moneda de cambio de previsibles pactos y componendas. En el Ibex 35 del PSOE de Madrid, la militancia es la última en saber en qué se invierte su capital. 




Juan Lobato propone un rompedor modelo de listas abiertas en el que las bases socialistas realmente deciden, en el que ponen y quitan candidatos. Una poderosa herramienta para recuperar las riendas del PSOE en las instituciones. Listas abiertas con voto individual y secreto. La militancia del PSOE ha dado muestra de qué poderosa arma suponen las urnas. Si reconquista el poder de designar a las y los mejores, el centenario partido de los trabajadores habrá dado uno de los muchos pasos de gigante que tanto lleva necesitando para recuperar la confianza de sus votantes. 

Bien por Lobato y su valiente equipo.