Tuve el enorme privilegio de
ser uno de los periodistas que entrevistó a D. Gregorio Peces-Barba antes de
que nos dejara en julio de 2012.
Me
he acordado porque en aquella charla que mantuvimos en su modesto despacho de
la Universidad Carlos III, el padre de
la Constitución mostró su opinión sobre una eventual reforma electoral, que ya
entonces, finales de 2011, mucho antes de Podemos, era reclamada por algunos partidos
y movimientos ciudadanos. Le pregunté al profesor si consideraba necesaria
dicha reforma y si compartía el rechazo al sistema D’Hont.
Peces- Barba defendió el sistema
actual, que consideraba “muy adecuado”. Es más, desmintió a quienes más se
quejaban entonces, que eran Izquierda Unida y el PCE. “Ellos han tenido más de
20 diputados en su momento; ahora tienen 11 [la entrevista tuvo lugar pocos
días después de las generales de 2011]. O sea, que si han tenido menos en otras
ocasiones ha sido, principalmente, por culpa de ellos mismos”.
En un artículo publicado el
pasado domingo en Público,
el sociólogo José Luis de Zárraga también aseguraba que el método D’Hondt de reparto de escaños “no
tiene ni la más mínima culpa”. “De hecho”, escribía Zárraga, “es uno de los más
proporcionales que se han inventado. Otros de reparto estrictamente
proporcional de escaños son el de Hare-Niemeyer y el de Sainte-Laguë, del que
se habla ahora porque parece que es el preferido por los negociadores de Unidos
Podemos y Ciudadanos”.
El sociólogo aportaba sus cálculos
para ilustrar su opinión. Con el método D’Hondt, en una circunscripción
nacional, el PP, con 7.941.236 votos obtendría 118 escaños; con el método
Sainte-Laguë le corresponderían 117, y los mismos con el Hare-Niemeyer. PSOE
(5.443.846 votos, D’Hondt: 81 escaños; Sainte-Laguë, 81; Hare-Niemeyer: 80),
Podemos y las listas aliadas (5.087.538 votos: 76, 75, 75), Ciudadanos
(3.141.570 votos:, 47, 46, 47), ERC (632.234 votos: 9, 9, 9), CDC (484.488
votos: 7,7,7), PNV (287.014 votos: 4, 4, 4), PACMA (286.702 votos: 4, 4, 4),
EH-Bildu (184.713 votos: 2, 3, 3) CC-PNC (78.253 votos: 1, 1, 1), Recortes
Cero-Grupo Verde (51.907 votos: 0, 1, 1), UPyD (50.247 votos: 0, 1, 1), Vox
(47.182 votos: 0, 1, 1), BNG Nós (45.252: 0, 1, 1)… En suma, todos los
partidos principales obtendrían casi exactamente los mismos escaños con el
sistema D’Hondt. (…) El sistema D’Hondt es un método de reparto proporcional
que, comparado con sus alternativas, solo causa mayores desequilibrios en la
relación entre votos y escaños en el caso de los partidos muy pequeños en una
circunscripción muy grande. Su cambio no resolvería ninguna de las grandes
desigualdades que se constatan en los resultados electorales en España”.
¿Qué reforma se puede
hacer entonces? Porque si algo caracteriza a los adalides de esta supuesta new politic que esbozan a fuerza de titulares tanto Podemos como Ciudadanos, es
que ambos parecen tener claro que hay que reformar el sistema electoral, pero
ninguno de los dos partidos ha explicado todavía a los españoles qué reforma
proponen, qué resultado arrojaría, y cómo mejoraría la representatividad.
En aquella entrevista
con el viejo y admirado profesor, Peces-Barba me reveló su propia propuesta. D.
Gregorio no consideraba necesario reformar la Constitución Española, aunque era
bien consciente de que la reforma electoral, que muchos ya reclamaban entonces,
partía del problema que supone tomar a las provincias como circunscripción electoral,
pues otorga una presunta sobrerrepresentación a partidos nacionalistas y
secesionistas (PNV, CiU, ERC, EH-Bildu…), y por contra, escasos diputados a otros
partidos con muchos más votos obtenidos en la suma nacional.
Peces-Barba apostaba por,
sin necesidad de reforma constitucional, elevar de trescientos cincuenta a cuatrocientos diputados, y añadir esos
cincuenta diputados, bien través de una lista de circunscripción nacional, bien,
en una segunda vuelta después de repartir los escaños provinciales. “Valdría la
pena para disminuir con esa inyección de escaños la influencia nefasta de los
nacionalismos que sacan siempre partido del sistema actual”.
Respecto del Senado, opinaba que la
circunscripción, en este caso, debe ser la comunidad autónoma, y que ni
siquiera son necesarias las elecciones por sufragio universal, sino que bastaría
que los parlamentos autonómicos, cada vez que se renueven, de acuerdo con lo
que establezca una ley sobre el número de escaños que corresponde a cada
autonomía, designe a sus representantes. Para Peces-Barba la Alta debería ser una Cámara
que no se disolvería nunca, y que no entraría en los temas de política general,
sino exclusivamente en los temas autonómicos.
No sé si la propuesta de D. Gregorio resultará hoy
útil para el debate que otra vez, con más entusiasmo en unos y muy poco en
otros, ocupa la agenda de los actuales líderes políticos. Incluso el cuñado de turno habrá que cargue contra la democracia representativa y considere
que más diputados es menos democracia. Pero yo la recuerdo por si alguien le
resulta de interés.